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REFLEXIÓN
En esta anécdota los personajes son un viejo leñador, un granjero y un nuevo leñador.
El Granjero había contratado al viejo leñador desde hacía muchos años. Éste, con sus viejas herramientas, abolladas y oxidadas por el uso continuo y la falta de ser afiladas con frecuencia, disminuyó su rendimiento a tal punto que hizo necesario que el granjero contratase a un nuevo leñador.
Este hombre aunque de igual edad, además de traer herramientas nuevas, se detenía cada tres horas en una fresca sombra, afilaba sus herramientas, las revisaba, reparaba las abolladuras y reiniciaba su labor. El viejo leñador reclamó al granjero, el hecho de que porqué pagaba mas a este nuevo leñador . Entonces el granjero sabiamente le pidió que observara el comportamiento del nuevo leñador.
El viejo leñador observó que su nuevo compañero parecía más animado, más descansado y no solamente eso sino que lograba cortar tres veces mas leña que él a pesar de ser nuevo en el oficio, también descubrío que su compañero, se detenía y de manera ritual dedicaba tiempo a afilar sus herramientas.
Conclusión: Cada año al menos tres veces, detente, aprecia tus herramientas, evalúalas, afílalas, detecta las imperfecciones y repáralas, para que estén preparadas para una nueva jornada, asi tu vida será siempre animada, entretenida y de alto rendimiento, entonces podrás sentir el disfrute de esta bella profesión que un día elegistes y de las herramientas que un día adquiristes con mucho esfuerzo.